Bienvenidos de nuevo a este espacio, Edumediáticos (as). En esta ocasión, analizaré junto a ti, si realmente puede un videojuego aportar algo a nuestro acervo cultural. Para esta acción, le recomendaré a aquellos interesados en los videojuegos (tanto a streamers como al jugador o jugadora ocasional) algunos títulos que, a mi parecer, merecen una oportunidad y pueden tener un aporte educativo. Necesito asegurarte que estos títulos incluyen cierto nivel de violencia, por lo que te recomiendo discreción. Sin más, comencemos.
Mount and Blade: Warband. Una muestra de la Edad Media
Para comenzar, recomiendo este título debido a que plasma algunos detalles de esta época. Algunas características que he de resaltar son las siguientes:
- En el mismo, puedes comenzar creando tu propio grupo. O, si así lo deseas, unirte a uno de los reinos disponibles y ganar la suficiente reputación para ser el nuevo rey de un reino.
- De aceptar pertenecer a un reino, se te concederá un pueblo (pobre en la mayoría de las ocasiones), del que recibirás impuestos y el cual deberás atender (construyendo una escuela o una torre de vigilancia, lo que hará que la población te acepte como su señor feudal).
- No se trata de un juego de estrategias simple; cuando llega la hora de la confrontación, el juego te permite tomar las riendas de la batalla o bien mandar a tus tropas que luchen sin ti.
Entonces, ¿qué aporta a nuestra educación? Ni más ni menos que la experiencia de vivir en aquella época en la que los dispositivos no existían y las noticias llegaban a través de personas que ofrecían espectáculos callejeros a los pobladores; en la representación del machismo que persistió en aquel entonces (de igual modo, puedes elegir que tu personaje sea una mujer; eso hará que el reto sea aún mayor y el resultado sea aún más satisfactorio); o bien, te podrás empapar de cómo la política medieval se manifestaba (y tal como hoy en día, la política es un tema en segundo plano en la agenda social).
The Elder Scrolls III: Morrowind. ¿Héroe o villano?
Nos hemos topado en algún momento con videojuegos que nos hacen decidir cómo interactuar con sus personajes. Con un toque de nostalgia (para su servidor) y una trama bien elaborada, Morrowind nos lleva a las tierras de una isla llamada Vvanderfell; controlada por tres casas locales y con un gobierno títere del Imperio. Sin embargo, la llegada de nuestro héroe o heroína (nosotros) a la isla significa algo más que un juego de mundo abierto; el destino de la isla está en nuestras manos. Formamos parte de una leyenda que, mientras pases el juego, se amolda con nuestra llegada; las decisiones se hacen presentes y nuestra raza define cómo la población local nos vea (¿suena familiar?).
Aquí te dejo un video, en el cual verás los títulos de la saga Elder Scrolls, entre los que se encuentra Morrowind:
El juego nos permite convertirnos en magos, guerreros, ladrones o en una mezcla de los tres; hay una gran cantidad de formas de disfrutarlo en su totalidad. De nueva cuenta, ¿qué puede traerme este juego de educativo? Y la respuesta se reduce en que, desde el momento que empiezas a jugar, tus decisiones afectarán el curso del mismo; nuestros valores serán puestos a prueba; desde la honestidad al relacionarte con las personas o gremios, pasando por el trabajo en equipo en los diversos grupos a los que puedes pertenecer; además, se presenta la solidaridad al ayudar a otros a rescatar de peligrosos calabozos a sus familiares o ayudarles a salir de un apuro (que puede ser bueno o malo, según tu perspectiva).
Como recomendaciones extra, recomiendo que le des una oportunidad a las secuelas de este juego: The Elder Scrolls IV: Oblivion y The Elder Scrolls V: Skyrim; tienen una temática idéntica pero sus gráficos mejoran con cada entrega y los rivales a vencer son más complicados.
Alan Wake: un escritor en apuros
¿Te imaginas escribiendo un libro de suspenso y que el mismo se haga realidad? De la mano de Sam Lake (mente maestra tras entregas como Max Payne y Max Payne 2: The Fall of Max Payne), esta entrega nos deja en el papel de Alan Wake, un escritor de suspenso que decide hacer un viaje a Bright Falls en busca de tranquilidad. Sin embargo, esa tranquilidad se ve mermada en el momento en que llegan (Alan está siendo acompañado de Alice, su esposa) a un supuesto lugar aparentemente «tranquilo». Los sucesos empiezan a oscurecerse y la trama se hace más interesante conforme avanza, además de incluirse acción, suspenso y rock and roll (de la mano de Poets of the Fall, banda solicitada en las entregas de Max Payne y Alan Wake).
Aquí te dejo un fragmento de una canción de Poets of the Fall, quienes encarnan a la banda ficticia Old Gods of Asgard en Alan Wake y forma parte del soundtrack del juego.
Para responder la pregunta inicial, este juego puede brindarnos una experiencia vista desde un escritor; cómo una novela o cuento puede manifestarse en la vida real. Siendo específicos, este juego tendría más significado o interés para aquellos que les agrade la escritura, lectura, creatividad o la imaginación; sin embargo, este título puede ser interesante para todo tipo de jugadores.
¿Podemos crear un juego para la educación?
La respuesta es sí. Tal y como Paulo Freire asumió, nuestra labor debe sumergirse en el contexto de nuestros y nuestras estudiantes; los videojuegos son una conexión desde la que un docente puede acercarse y compartir con sus estudiantes experiencias nuevas.
Del mismo modo, Jean Jacques–Rousseau nos menciona la libertad total de los niños para experimentar con su entorno; no limitarlos a experiencias nuevas y que puedan aprender por sí mismos.
Sin embargo, no debemos descuidar qué tipo de juegos son con los que tienen contacto los niños; es decir, estar pendientes de si un juego tiene características adecuadas para la infancia o no. Por ello, los videojuegos son clasificados por la Entertainment Software Rating Board (ESRB), quién se ocupa de clasificar a qué público está dirigido el juego de video.
Para esclarecer las clasificaciones, aquí te dejo un cártel:
De igual manera, tenemos lo que Carlos Scolari señala sobre transmedia; los (as) jugadores (as) han pasado de solo ser un jugador de sus títulos favoritos ha crear sus propios videojuegos. Los seguidores de ciertas sagas se han involucrado a crear videojuegos con las temáticas de su agrado, además de añadir más contenido a títulos existentes de sus sagas preferidas (en colaboración con los desarrolladores del juego).
Ending del artículo
Antes de concluir, no olvides que los videojuegos son para entretenimiento. Así como en la vida real, hay ciertos sectores en la comunidad videojugabilística que son tóxicas para los videojuegos; por ello, se recomienda discreción y cautela.
Además, dejar de culpar o satanizar a los videojuegos; las guerras comenzaron mucho antes de la creación de los mismos. La discriminación y la violencia existió siempre, haciendo ridícula la idea de que fueron los videojuegos la razón de que existan términos malignos para la sociedad. Por ello, podemos empezar a recomendarle a los desarrolladores de nuestras franquicias a reformular la temática del juego; o bien, ser nosotros mismos quienes podamos diseñar un videojuego que, de tener los recursos suficientes y necesarios, pueda enfocarse en temas relevantes; tales como el uso indebido de las redes sociales, los problemas ambientales o la corrupción del ser humano (esto último englobaría una gran parte de los males que suceden hoy en día).
Por último, agradezco tu atención por llegar hasta acá. Si te gustó este artículo, compártelo con quienes les pueda interesar y comenta qué te ha parecido.
¡Hasta la próxima, Edumedicaticos (as)!
Referencias
- Entertainment Software Rating Board. (14 de noviembre de 2021) En Wikipedia.
- MickTheMage. (2011, 15 de julio). The Elder Scrolls (1994-2011) . Youtube.
- Poets of the Fall. (2010). War [canción]. En Twilight Theather. Insomniac.